CRETÁCICO

EL FINAL DE LA ERA
El Cretácico, o Cretáceo, es una división de la escala temporal geológica que pertenece a la Era Mesozoica; dentro de esta, el Cretácico ocupa el tercer y último lugar siguiendo al Jurásico. Comenzó hace 145 millones de años y terminó hace 66,4 millones de años.2​ Con una duración de unos 79 millones de años, es el período Fanerozoico más extenso, y es, incluso, más largo que toda la Era Cenozoica. Su nombre proviene del latín creta, que significa "tiza",3​ y fue definido como un período independiente por el geólogo belga Jean d'Omalius d'Halloy en 1822, basándose en estratos de la Cuenca parisinaFrancia.4
Está comúnmente dividido en dos mitades, conocidas como Cretácico inferior y Cretácico superior.
La vida en mares y tierra aparecía como una mezcla de formas modernas y arcaicas, sobre todo de ammonites. Como ocurre con la mayoría de las eras geológicas, el inicio del período es incierto por unos pocos millones de años. Sin embargo, la datación del final del período es relativamente precisa, pues ésta se hace coincidir con la de una capa geológica con fuerte presencia de iridio, que parece coincidir con la caída de un meteorito en lo que ahora corresponde con la península de Yucatán y el golfo de México. Este impacto pudo provocar la extinción masiva que ocurrió al final de este período, conocida como el evento K-T. Este acontecimiento marca el fin de la Era Mesozoica.
A mediados del Cretácico, se dio la formación de más del 50 % de las reservas mundiales de petróleo que se conocen en nuestros días, de las cuales destacan las concentraciones localizadas en los alrededores del golfo Pérsico y en la región entre el golfo de México y la costa de Venezuela.
Los hadrosaurios eran grandes, de 10 a 15 metros de longitud, y todos poseían cuerpos que básicamente se ajustaban al modelo de los iguanodóntidos. La parte anterior del hocico es aplanada, con la típica forma de pico de pato, y los dientes están dispuestos en múltiples hileras, alcanzando a menudo los 500 dientes por segmento mandibular. Muchos hadrosaurios presentaban proyecciones de los huesos nasales y premaxilares del cráneo que, dirigidas hacia atrás, se traducían en una amplia variedad de crestas (algunas en forma de placa, otras de tubo, otras de púa). En los hadrosaurios, el aire de los conductos nasales y premaxilares discurría por el interior de la cresta, que a menudo sufría torsiones o giros. La función de estas crestas era proporcionar indicaciones tanto visuales como sonoras. Destacaron Maiasaura y Parasaurolophus.
Los ceratópsidos vivieron en Norteamérica y Asia, y tenían una cabeza grande y picuda, que vista desde arriba tenía forma triangular, presentaban un número variable de cuernos y un escudo óseo que protegía la región de los hombros y que también constituía el plano de inserción de la poderosa musculatura mandibular. Los mayores ceratópsidos alcanzaron los 9 metros de longitud, con cuernos de casi 1 metros y pesos de hasta 6 toneladas como Triceratops, hallado en el oeste de Norteamérica. También destacó Protoceratops.
Los paquicefalosaurios eran otro grupo de ornitópodos bípedos con gruesos cráneos. Están muy extendidos en el Cretácico superior de Norteamérica y Asia. Stegoceras sólo medía 2 metros de longitud, aunque su bóveda craneana era excepcionalmente gruesa (25 centímetros, casi la mitad de la longitud del cráneo). Se ha sugerido que los paquicefalosaurios luchaban entre sí por el apareamiento de una forma parecida a la de los carneros y otros herbívoros semejantes. También destacó Pachycephalosaurus.
En el Cretácico tardío se diversificaron los anquilosaurios, que habían aparecido en el Jurásico. Estaban estrechamente relacionados con los estegosaurios, y eran con frecuencia animales de gran tamaño, de hasta 10 metros de longitud y 6 toneladas de peso. Se especializaron en el blindaje, con presencia de placas ódeas bajo la piel del dorso, cuello, cola y flancos, así como de refuerzos óseos en el cráneo, e incluso de «postigos» óseos por encima de los ojos. Poseían pequeños cuernos óseos en la cabeza y variadas pautas de espinas, también óseas, dispuestas sobre el dorso. Los anquilosaurios más tardíos también poseían una masa de hueso fusionado en el extremo de la cola que debía ejercer la función de una pesada maza oscilante, que podía golpear las piernas de un atacante mientras el animal se mantenía pegado al suelo.
  • Terópodos: Entre los terópodos carnívoros podríamos incluir diversas formas. En 1983, el descubrimiento de Baryonyx llevó al reconocimiento de un nuevo grupo de carnívoros en este animal, conocido por un solo esqueleto. El rasgo más destacado es su inmensa garra en forma de hoz. La garra de Baryonyx medía 30 centímetros, más que considerable para un animal de 9 metros. Curiosamente, aún no está claro si la garra estaba unida a la mano o al pie. En la región de su caja torácica, fueron halladas escamas de pez, de lo que se deduce que era piscívoro. El desarrollo de garras curvas, especialmente diseñadas para destripar a las presas, parece haberse dado de forma independiente en un cierto número de terópodos. Tyrannosaurus rex (Norteamérica) y el mongol Tarbosaurus, muy semejante al anterior, eran probablemente los máximos depredadores.21​ Tyrannosaurus fue el mayor carnívoro terrestre de su tiempo, solo ligeramente superado por Giganotosaurus y Spinosaurus. El tiranosaurio alcanzaba una longitud de trece metros, una altura de 4,8 metros y un peso de 5 toneladas. En sus mandíbulas se alineaban dientes de 15 centímetros de longitud. Las patas traseras de Tyrannosaurus eran muy fuertes y macizas, con tres dedos en cada pie. Sus brazos, en cambio, parecen casi ridículos: extremadamente delgados y tan cortos que no llegaban a la boca, y con solo dos dedos. La sólida cabeza no presenta el sistema de ahorro de peso observado en otros carnívoros, y parece estar diseñada para golpear. Un depredador tan grande no podía correr velozmente durante mucho tiempo. Seguramente se alimentaba de grandes herbívoros a los que tendía emboscadas, o bien de animales ya debilitados o muertos.
Otros grandes carnívoros fueron Carnotaurus y Spinosaurus. También existieron terópodos depredadores de menor talla (VelociraptorDeinonychusOviraptorGallimimusAvimimus). Al parecer, todos los dinosaurios del clado Maniraptora y quizás algún otro grupo de Theropoda tenían plumas o protoplumas. Las aves fueron los únicos dinosaurios que sobrevivieron al final del Cretácico.

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